El plan de la UE para el reciclaje de envases plásticos
La producción de plástico se ha disparado en los últimos años. En 1950, esta era de 1,5 millones de toneladas; en 2019, de 368 millones. De hecho, según Greenpeace, en los últimos diez años hemos producido más plástico que en toda la historia de la humanidad. Esto ha hecho que estemos creando verdaderos mares de plástico.
El fuerte incremento de la producción tiene como consecuencia un aumento de residuos. Determinados productos de plástico necesitan hasta 1000 años para descomponerse. Artículos que usamos a diario, como las bolsas de plástico, tardan unos 150 años en biodegradarse, mientras que las botellas de plástico (fabricadas de PET o PVC) podrían necesitar 500 años.
En Europa, de los plásticos postconsumo que se recogieron en 2018 para su tratamiento, el 42,6% se destinó a la recuperación energética (es decir, se incineraron), el 32,5% al reciclaje y el 25% a los vertederos. Del plástico que se recicla, la mitad se trata fuera de la UE, debido a la falta de capacidad, de tecnología y de recursos financieros insuficientes. Hasta hace poco, gran parte se enviaba a China y a otros países asiáticos, sin embargo, a menudo terminan depositados en vertederos ilegales o contaminando el mar y otros espacios naturales, por lo que estos países han parado de recibir contenedores occidentales cargados de residuos plásticos.
Con el objetivo de frenar la incineración y la acumulación de residuos en los vertederos, la UE busca soluciones respetuosas con el medio ambiente.
¿Cuáles son las medidas que la UE ha tomado para declarar la guerra al plástico?
El pasado 3 de julio entró en vigor la Directiva de la UE que prohíbe la comercialización de los 10 productos plásticos de un solo uso más comunes en las playas europeas: platos, cubiertos, pajitas, palitos de globos y bastoncillos de algodón…
En cuanto a los envases, el Pacto Verde Europeo establece unos objetivos de reciclaje para envases plásticos del 50% para 2025 y del 55% para 2030. Para lograrlo, la Comisión Europea tiene como objetivo que todos los envases sean completamente reciclables para 2030. Esto implica un mejor diseño que los haga aptos para el reciclaje, así como medidas para incentivar este proceso en el mercado:
- Crear estándares de calidad para los plásticos secundarios
- Mejorar la certificación para incrementar la confianza tanto de la industria como de los consumidores
- Introducir normas obligatorias sobre el contenido mínimo de reciclado de determinados productos
- Persuadir a los Estados miembros para que consideren rebajar el IVA de los productos reciclados.
Para alcanzar estos objetivos, las empresas se enfrentan a dos grandes retos: la calidad y el precio del producto reciclado. Es necesario realizar una fuerte inversión en I+D+i para desarrollar materiales plásticos más fáciles de reciclar, así como hacer que el reciclaje sea rentable para las empresas.