La demanda de metales aumenta junto a la transición ecológica
Los planes de transición ecológica hacen que la demanda de metales aumente de forma exponencial y suponga todo un reto para nuestra sociedad y economía en el día de hoy. Los ambiciosos requerimientos de la transición ecológica verde exigen grandes cantidades de metales y, muy seguramente, su demanda llegará a niveles sin precedentes en las próximas décadas.
Para que nos hagamos una idea, un paquete común de baterías de vehículo eléctrico requiere: aproximadamente 8 kg de litio, 35 kg de níquel, 20 kg de manganeso, y 14 kg de cobalto. Además, las estaciones de carga requieren también grandes cantidades de cobre. Por otro lado, los paneles solares utilizan silicio, plata, zinc y cobre. Y, las turbinas eólicas requieren mineral de hierro, cobre y aluminio. Siguiendo este hilo, La Hoja de Ruta net cero de la Agencia Internacional de Energía define que la proporción de energía de las energías renovables aumentará de los niveles actuales de alrededor del 10 por ciento al 60 por ciento. Sin embargo, los combustibles fósiles se reducirán del 80 por ciento al 20 por ciento. Esto requerirá una gran inversión en energía renovable y causará un impacto importante en la demanda de metales.
Ante esta situación, los especialistas afrontan una serie de desafíos muy importantes. La primera pregunta, como es de esperar, es hasta qué punto se puede estirar la producción de metales para poder apoyar esta transición ecológica. La producción de algunos materiales como el grafito, cobalto, vanadio y níquel parecen inadecuadas para las previsiones realizadas, mostrando una gran brecha frente a la demanda. Otros suministros como el cobre o el litio son también insuficientes.
El suplido de los materiales varía en función de cada uno, es decir, existen algunos materiales cuya extracción podría aumentar invirtiendo en su desarrollo y, por el contrario, existen otros minerales cuyas reservas se verían muy limitadas, incluso habiendo invertido grandes cantidades económicas. Es en este punto donde el reciclaje jugará un papel fundamental, desarrollando nuevas metodologías de reciclaje en materiales subdesarrollados y des limitando la oferta. La reutilización de chatarra solo ocurre a gran escala para el cobre y el níquel, pero ahora está aumentando para algunos materiales más escasos como el litio y el cobalto.
Otro factor a tener en cuenta es la concentración de los suministros, ya que la producción de ciertos materiales se concentra en países muy concretos. China es la mayor productora de vanadio, grafito, molibdeno, aluminio y plomo. Australia es la mayor productora de Litio. La República Democrática del Congo produce cobalto, y otros países como Sudáfrica, Chile, Rusia, Brasil, Estados Unidos, Perú o Turquía también se incluyen en esta lista. Todo ello supondría unos beneficios desproporcionados y también ciertos riesgos, por ejemplo, interrupciones en sus instituciones o problemas a la hora de expandir su producción. La Unión Europea propone ante esta situación aumentar su autonomía en una serie de elementos estratégicos para evitar ser tan dependiente. Esto supondría un reajuste de las relaciones internacionales y hacer lo posible por extraer esos elementos dentro de nuestras fronteras.
Tampoco se debe olvidar los impactos medioambientales que genera la minería, y será de gran importancia que los mineros dediquen tiempo a desarrollar técnicas que supongan un menor impacto en el medioambiente para atraer más recursos económicos como la financiación verde.
Atendiendo a las cifras que justifican el crecimiento en la demanda de metales encontramos, entre otras, la producción de litio, la cual ha incrementado bruscamente hasta niveles muy elevados. Su producción ha evolucionado desde alrededor de 27.000 toneladas en el año 2010 hasta unas 82.000 toneladas en el año 2020. La producción de cobalto también ha crecido un 65,81% en este mismo periodo de tiempo, pasando de 79.270 toneladas producidas a 131.434 toneladas. Y tras ellos hay una larga lista de minerales que han sufrido un desarrollo muy parecido.
En conclusión, la demanda de metales aumenta al mismo ritmo que se desarrolla el plan de transición ecológica, lo que supone todo un desafío para poder suministrar y proveer a todos los agentes del plan. Se requiere desarrollar nuevas técnicas tanto para la extracción de materiales de forma ecológica como para la reutilización de estos. El comercio de metales más complejos o exóticos empezará a ganar protagonismo en el área del reciclaje y las empresas del sector se encontrarán ante una nueva oportunidad que abrirá, sin lugar a duda, todo un nuevo campo de expansión.