El contrato de tratamiento de residuos es fundamental para cumplir con la normativa vigente y evitar multas en el sector del reciclaje, para así vender chatarra legalmente u otros residuos.
En este artículo, te explicamos exactamente qué es y cuál es su importancia.
Qué es el contrato de tratamiento de residuos
Se trata de un documento de naturaleza contractual jurídico-privada, suscrito entre el operador del traslado de los residuos y la entidad o empresa que efectuará el tratamiento, ya sea intermedia o final.
Según la ley de residuos y suelos contaminados, un contrato de tratamiento de residuos es “el acuerdo entre el operador y el gestor de una instalación de tratamiento de residuos por el que este se compromete a trata los residuos una vez que han sido aceptados».
Este documento era el antiguo “documento de aceptación” de residuos que estableció el Real Decreto 833/1988, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento para la ejecución de la Ley 20/1986, Básica de Residuos Tóxicos y Peligrosos.
Objeto del contrato
El objetivo principal de tener un contrato de tratamiento de residuos es cumplir con el requisito aplicable a todos los traslados de residuos regulados en el Real Decreto 552/2020, de 2 de junio, por la que se regula el movimiento de residuos en el interior del Estado:
“Disponer con carácter previo al inicio de un traslado, de un con carácter previo al inicio de un traslado, de un contrato de tratamiento…”
Este contrato, además, se aplica tanto a traslados de residuos peligrosos como de residuos no peligrosos.
Tratamiento de residuos
Según MITECO, un modelo de gestión se forma a partir de las fracciones de residuos recogidas por separado, de la combinación de sistemas de recogida y de los tratamientos posteriores, que deben coincidir con estas fracciones garantizando la aplicación del principio de jerarquía de residuos.
El modelo deberá contener obligatoriamente la cantidad estimada de residuos que serán trasladados y tratados. Además, se tendrán que incorporar otras informaciones esenciales como el código LER del residuo y la periodicidad estimada con la que se producirán los traslados en caso de ser un proceso recurrente.
Por ende, el documento también deberá reflejar el tipo de tratamiento que recibirán los residuos una vez trasladados y también las consecuencias jurídicas del incumplimiento de los mecanismos de traslado y tratamiento establecidos.
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