SCRAP son las siglas de Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor, organizaciones sin ánimo de lucro que pretenden ser una herramienta clave para fomentar la gestión adecuada de los residuos y promover la economía circular entre las empresas. Te explicamos a continuación todo lo que necesitas saber sobre estos.
¿Qué es la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP)?
Antes de continuar con los SCRAP, es imprescindible entender el concepto de Responsabilidad Ampliada del Productor.
La Responsabilidad Ampliada del Productor, también denominada Responsabilidad Extendida del Productor, obliga al fabricante a prevenir, gestionar y costear el procesamiento y valorización de todo lo que pueda convertirse en residuos. Está definida en la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados.
De esta forma se aplica un concepto que se denomina como “quien contamina, paga”, entendiendo que el productor debe introducir menos productos susceptibles de convertirse en residuos, ya que tendrá que hacerse cargo de su procesado al termina la vida útil del producto. De esta forma, cuantos menos residuos genere un producto, menos costará el reciclaje de la basura.
¿Qué son los SCRAP?
La responsabilidad en la generación de residuos pueden acometerla solos si disponen de los medios necesarios, o pueden unirse a otras organizaciones del sector para gestionarla juntos. Así es como surgen los SCRAP.
Los SCRAP o Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor son asociaciones formadas por varios actores de la industria del reciclaje implicados que les permite cumplir con sus obligaciones de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP). Estos sistemas son un conjunto de medidas y herramientas que buscan incentivar la recogida, gestión y valorización de los residuos. Así, se basan en la idea de que los productores son responsables de los residuos que generan, desde el diseño del producto hasta el final de su vida útil.
La finalidad es prevenir que el destino de estos residuos sea el vertedero y maximizar la cantidad de materiales recuperados.
Funcionamiento de los SCRAP
Los SCRAP en España se rigen por la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados, por lo que se establece que los productores y distribuidores deben hacerse cargo de la gestión de los residuos que generan, desde su recogida hasta su tratamiento y valorización.
Según el tipo de residuo que se genera, se crea un sistema de responsabilidad ampliada del productor. Así, encontramos SCRAP como Ecoembes (dedicado a residuos de envases domésticos ligeros), Ecovidrio (envases de vidrio), Sigre (medicamentos), Signus (neumáticos), Ecopilas, y otros muchos.
En cada uno de ellos, los productores deben registrarse y pagar una cuota para financiar la recogida, gestión y valorización de los residuos generados por sus productos. Al mismo tiempo, los SCRAP deben garantizar la correcta gestión de los residuos, como hemos comentado anteriormente, y cumplir una serie de objetivos marcados por la normativa. Entre ellos, destacan la prevención de generación de residuos, la reutilización, la reciclabilidad y la valorización energética.
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