Los tipos de hierro más comunes
El hierro ha sido, desde su origen, uno de los metales que más han contribuido a la civilización, permitiendo un salto cualitativo en cuanto a construcciones y herramientas se refiere. Ha sido un metal referente y que ha estado muy presente a lo largo de la historia, durante más de 6.000 años. Así, en este post del blog, explicaremos cuáles son los tipos de hierro más frecuentes.
Tipos de hierro
El hierro es el metal duro que más se utiliza, pero en su estado puro no tiene muchas aplicaciones excepto si se usa su potencial magnético. Este material es frecuentemente utilizado en la formación de productos siderúrgicos, como elemento principal o con otras aleaciones tanto metálicas como no metálicas.
Arrabio
Se trata del hierro crudo básico, el cual se elabora calentando un mineral de hierro en un horno. Dentro del horno, el mineral de hierro reacciona químicamente con el coque y la piedra caliza. El arrabio contiene aproximadamente un 90-95% de hierro, un 3-4% de carbono y trazas de otros elementos como silicio, manganeso y fósforo, dependiendo del mineral utilizado. Es mucho más duro que el hierro puro, pero todavía demasiado débil para su uso.
Por estas características, el arrabio se considera más una materia prima que un producto terminado o semiterminado, y se considera solo una etapa intermedia de la fabricación del acero o de la fundición de hierro.
Entre sus aplicaciones, podemos resumirlas principalmente en tres:
- Como alimento para el mezclador desde el que pasa directamente a los hornos de afino.
- Convertirse en tochos de arrabio, unos lingotes que una vez enfriados se pueden almacenar a la espera de ser fundidos de nuevo para producir acero o piezas de fundición de hierro.
- Servir para el moldeado de piezas de fundición directamente, aunque su uso solo es admisible en elementos que no deban soportar cargas estructurales o elevadas presiones.
Hierro fundido
El hierro fundido o fundición de hierro es una aleación de hierro-carbono con un alto contenido en carbono, un 3-4% aproximadamente, al igual que el arrabio. Esto hace que sea un material extremadamente duro y quebradizo, por lo que es imposible de moldear incluso si se calienta. Por otro lado, se oxida con relativa facilidad. Su utilidad se deriva de su temperatura de fusión relativamente baja.
Dentro del hierro fundido, podemos distinguir el hierro fundido blando, el hierro fundido gris y la fundición dúctil. El hierro fundido blanco tiene impurezas de carburo que permiten que las grietas se propaguen directamente. El hierro fundido gris tiene escamas de grafito que desvían una grieta que pasa e inician innumerables nuevas grietas a medida que el material se rompe. La fundición dúctil tiene nódulos esféricos de grafito que impiden que la grieta sigue avanzando.
Hierro forjado
El hierro forjado es un material que se forma mezclando hierro líquido con algo de escoria (residuos). El resultado es una aleación de hierro con un contenido de carbono mucho menor (entre un 0,05% y 0.25%).
De esta forma, el hierro forjado es más suave que el fundido, y también mucho menos resistente, por lo que se puede calentar para poder darle forma con relativa facilidad, y también es menos propenso a la oxidación que el hierro fundido.
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