¿Sabías que aproximadamente el 75% del aluminio extraído en los últimos 100 años, aún se encuentra en uso? El aluminio cuenta con ciertas características que lo hacen ser un metal respetuoso con el medio ambiente, lo que lo hace ser uno de los metales más usados en la industria. En este artículo vamos a dar un repaso a las razones de por qué el aluminio es sostenible, conociendo su ciclo de vida y cómo darle una segunda vida es muy sencillo.
Aluminio sostenible
El paso de una economía lineal a una economía circular es muy positivo tanto para el planeta como para la economía, puesto que reduce la necesidad de extraer materias primas, reduciendo así costes, emisiones y residuos. El objetivo es conseguir transformar el proceso de hacer, usar, tirar y eliminar a otro en el que los residuos se vuelven a convertir en recursos para nuevos productos, un proceso que sea usar, reciclar, transformar, y volver a usar. De esta forma, al eliminarse la dependencia de materias primas, se evitan subidas de precio y también su volatilidad. Además, se garantiza el suministro de materiales sin reducir por ello los recursos naturales.
En este caso, el aluminio es uno de esos materiales que contribuyen a la transformación de la economía lineal a la circular. Esto es debido a que el aluminio es un material duradero, resistente y con multitud de aplicaciones, pero sobre todo hay una característica que lo hace sostenible: tener un ciclo de vida infinito.
Contar con este ciclo de vida infinito, le permite ser un material que puede ser reciclado al 100% ilimitadamente, es decir, puede reciclarse todas las veces que se quiera sin perder ninguna de las cualidades que se obtienen al extraer el material primario. Esto hace que cualquiera de los tipos de aluminio nunca se considere un residuo.
Este material, además, también cuenta con un proceso de reciclado sencillo, natural y sobre todo muy rentable: para producir una tonelada de aluminio reciclado con chatarra de aluminio, se necesita solo un 5% de energía con respecto a lo que exige su extracción. Por ende, el coste energético del tratamiento de reciclado solo supone un 25% de los costes derivados de la producción de aluminio primario.
Estas características hacen fundamental el reciclaje de aluminio para poder evitar la extracción del material primario y así promover la economía circular.
El aluminio sostenible: alternativa al plástico
Debido a que el aluminio no es un material tóxico, nunca generará partículas que puedan acabar en la cadena alimentaria, al contrario que lo que sucede con el plástico, por lo que no contamina ni aire, ni suelos, ni aguas. Es de esta forma que se convierte en el sustituto ideal para los plásticos, pudiéndose usar como botellas de agua, elementos constructivos de PVC y muchos más productos, disminuyendo la generación de residuos plásticos.
Su resistencia, durabilidad, ligereza y versatilidad permite elaborar productos con múltiples acabados, y hacen que el aluminio se presente como la opción más sostenible que los envases plásticos.
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