El zinc es un metal plateado o grisáceo, ampliamente usado en numerosas aplicaciones industriales por sus múltiples propiedades, sobre todo como parte de aleaciones metálicas.
Por ello, en este artículo del blog, vamos a hablar de qué es el zinc y de sus principales aleaciones, usos y reciclaje.
Qué es el zinc
El zinc (Zn) es un elemento químico metálico de número atómico 30, formando parte de los metales de transición.
Se trata de un metal maleable, dúctil y moderadamente duro, por lo que puede tensarse y enrollarse con facilidad. Además, es muy buen conductor del calor y de la electricidad, y no es ferromagnético.
Hoy en día el zinc se utiliza sobre todo en el galvanizado del acero, para protegerlo de la corrosión. Pero también es usado en baterías y ordenadores, o en la producción de piezas inyectadas para la industria de la automoción.
Asimismo, es usado como almacenamiento energético, por ejemplo, en baterías electrolíticas, ya que el zinc utiliza una química basada en agua, que resulta en la incapacidad de propagar en fuego, siendo consecuentemente mucho más seguro.
También en electrodos para pilas o en baterías de iones de zinc, que son más seguras, baratas y duraderas que las de litio. Además, las materias primas utilizadas en las baterías de iones de zinc son más abundantes que las usadas en las baterías de iones de litio.
Aleaciones de zinc
Las aleaciones de zinc más conocidas son el zamak, la calamina y el zinc naval.
Zamak
El zamak o zamac es una aleación de base zinc con aluminio, magnesio y cobre. El acrónimo Zamak proviene de estos metales que lo conforman en alemán (Zink, Aluminium, Magnesium y Kupfer).
Esta aleación tiene una densidad de 6,6 g/cm3 y temperatura de fusión de 368ºC. Posee gran dureza y alta resistencia a la tracción, así como una buena resistencia mecánica, deformabilidad plástica y buena colabilidad. Este último, hace referencia a la capacidad de un metal fundido para producir piezas completas y sin defectos.
Ventajas de usar el zamak
Desde su creación, es un material muy usado en la industria ya que aporta muchos beneficios:
- Precio asequible. Se trata de un metal bastante más barato que, por ejemplo, el latón o el acero, ofreciendo tan buenos resultados o incluso mejorándolos.
- Resistencia. El zamak es un metal duro, rígido y muy resistente, por lo que es más fácil deformarlo.
- Gran colabilidad. Como hemos comentado anteriormente, es la capacidad del metal para colarse en todos los huecos del molde para crear piezas complejas y con muchos detalles.
- 100% libre de níquel. El que esté libre de níquel permite acabados de gran calidad, además de la posibilidad de cromar, cincar o mecanizar.
Calamina
La calamina es una aleación de zinc, plomo y estaño en distintas proporciones. Esto dependerá de las necesidades y de la búsqueda de una mayor o menor calidad del metal final.
Estamos ante un material metálico, poco noble, barato y quebradizo dependiendo de las aplicaciones. En sus orígenes, fue empleado en tiempos de escasez de materiales, debido a su precio. Es quebradizo, poroso, blando y su color se va mudando y oscureciendo, e incluso, con el tiempo, se degrada y hasta a veces se descompone.
Por ende, como chatarra, la calamina es menos común en comparación con otros materiales como el acero inoxidable o el aluminio. Sin embargo, tiene valor en la industria del reciclaje debido a su contenido de zinc.
Zinc naval
Al zinc naval se le llama a los ánodos de zinc que se utilizan como protección para las partes metálicas de una embarcación (ejes, hélices, timones, etc.). Estos ánodos, denominados de sacrificio, se usan principalmente para proteger las piezas metálicas de los barcos.
El principio básico de esta protección catódica radica en la diferencia de potencial eléctrico entre los metales. Al conectar los ánodos al casco del barco, se establece un circuito eléctrico y se crea un flujo de corriente.
Una vez el barco se sumerge en el agua, el ánodo se convierte en el sacrificio eléctrico. Gracias a su mayor actividad, los ánodos se corroen primero, liberando electrones al agua. Esta corriente eléctrica fluye hacia el casco del barco, lo que evita que se corroa. Así, los ánodos “se sacrifican”, protegiendo al barco de la corrosión.
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